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Construyendo esperanza en nuestra región 

«La solidaridad y el estar preocupado por el otro, mejora una sociedad. Esto es un tema de humanismo, es una acción en el momento oportuno» Fernando Quintero, creador Fundación Proyecto Unión.

Desde hace 30 años, el Dr. Jose Fernando Quintero, Médico y Cirujano de la Universidad Javeriana se ha dedicado al trabajo con poblaciones vulnerables del país. Enfocando sus esfuerzos sobre todo a niños con múltiples enfermedades y adultos mayores. En el año 1.999 abrió las puertas de la Fundación Proyecto unión.

¿Cómo nació la Fundación? 

Cuando recibí el título de médico quise hacer una rumba para celebrarlo y al ver que en mi agenda solo tenía curitas, decidí hacer una misa de acción de gracias en un ancianato y a los asistentes les pedí que llevaran pañales, jabones y cuchillas de afeitar para los ancianos de aquel lugar. Ese mismo día, un hombre me llevó un sobre con 500 mil pesos y tomé la decisión de emplear ese dinero en una de las localidades más necesitadas de Bogotá, Ciudad Bolivar. Estando allí, abrí un consultorio en el que atendía niños, mujeres embarazadas y ancianos. Después de dar este gran paso, en el año 1.999 abrí las puertas de la Fundación Proyecto Unión.

¿De dónde nació la idea de crear ésta fundación? 

Siempre viví preocupado por la gente y siempre supe que que quería trabajar con la comunidad. La idea surge desde mi misma realidad, yo nací en una familia de muy escasos recursos, con un papá y una mamá que decidieron tener 15 hijos y por esa razón a todos nos tocó vivir una situación bastante complicada. La vida afortunadamente me llevó por muy buenos lugares y logré sacar todo este proyecto adelante.

¿Cuál fue el objetivo principal de la creación de la Fundación?

En principio la Fundación nace con el objetivo de recobrar la esperanza en la humanidad, esa esperanza que no solo la pierden las personas enfermas y los pobres, esa que perdemos todos los seres humanos por alguna razón. Yo conozco personas muy ricas y que no tiene ninguna enfermedad que han perdido su esperanza por algo. Así mismo nuestra idea fue facilitarle a la gente de más escasos recursos económicos, la posibilidad de contar con un espacio en donde reciba acompañamiento durante el proceso de su enfermedad, una cama para dormir, con un plato de comida, una asesoría, un medicamento o instaurando una tutela, entre cientos de cosas más. A mi me preocupa mucho que los niños y los ancianos no tienen un fácil acceso a los servicios de salud en los barrios periféricos de la ciudad y es ahí cuando entramos a jugar un papel muy importante.

¿Cuál es la población que atienden? 

En éste momento estamos trabajando con niños que tienen múltiples enfermedades y que además tienen que vivir con el hecho de ser abandonados por sus familias en los hospitales. También trabajamos con niños que tienen enfermedades catastróficas como cáncer, VIH o trasplantes. Estos niños por lo general vienen del campo y encuentran en nosotros, un lugar en donde pueden vivir con sus familias mientras se recuperan y pueden regresar a sus hogares. Por otro lado, también atendemos adultos mayores habitantes de calle a quienes se les brinda atención para mejorar su calidad de vida y quienes poco a poco recuperan la esperanza de vivir dignamente. Son cerca de 200 abuelitos los que a través del Comedor María es mi Madre, reciben diariamente el desayuno y almuerzo. Y en la Casa de la Esperanza, ubicada en el centro de la ciudad, llegan 60 de ellos a pasar la noche, con un techo y una cama limpia, lejos del frío capitalino. Actualmente nos encontramos ubicados en la ciudad de Bogotá y estamos abriendo otro sitio en Tocancipá, lo cual equivale al cubrimiento de Sabana Centro. Para la construcción de una de las habitaciones de éste hogar, contamos con el apoyo de Prodensa,

¿Cuál fue el apoyo que recibieron de Prodensa? 

Con Prodensa en principio tuvimos una relación de amistad, yo creo que si uno tiene buenos amigos, es más fácil mover una montaña y pues un día me presentaron a Juan Carlos Vélez, le conté nuestra historia y decidió apoyarnos con un presupuesto que invertimos en una habitación en donde ahora va a dormir un niño y una mamá que vienen del campo.

¿Cuál es la meta que actualmente tiene la fundación? 

La meta es hacer un centro pediátrico especializado para niños prematuros con alto riesgo neurológico. Vamos por etapas, como ya hicimos la primera casa en Tocancipá, ahora iniciaremos las labores en un hogar que denominamos Amparo de Ángeles, en homenaje a la esposa del capitán Jaime Duque, allí la idea es brindar atención a 100 niños con enfermedades difíciles. Adicionalmente queremos hacer ahí un centro de rehabilitación para que las familias puedan llevar a sus hijos a terapias, mientras van a trabajar. Ya estamos buscando alianzas con las universidades y las empresas para hacer un centro pediátrico muy grande, que mejore la forma de tener a nuestra infancia.

Todos los días tengo el reto seguir trabajando para que el proyecto siga funcionando, queremos volvernos más institucionales para que cuando los creadores no estén, las puertas sigan abiertas para nuestra comunidad.

¿Cómo pueden hacer las personas que quieren ayudar?

Ayudar es muy fácil, las personas pueden ser ángeles voluntarios, ángeles hermanos, ángeles donantes, ángeles aliados, una empresa ángel, ángel embajador, o hasta un ángel fan. En nuestra página web www.proyectounion.org están descritas todas éstas formas.